Analizo la Renta Básica Universal
Juan Emilio Drault

Abr 22, 2020 | Economía, Política | 2 Comentarios

Tener la vida asegurada. Un derecho humano esencial que aún el mundo no garantiza.

Estos días que nos tocan vivir de cuarentena e importante crisis económica, emerge con más fuerza que nunca el tema de cómo dar sustento a tantas personas y familias confinadas por la pandemia. La situación desnuda la enorme vulnerabilidad de todo el sistema que, como siempre, a muchos les parece virtuoso pero… ¿qué pasa cuando el dinero no fluye? Cuando esto pasa queda al descubierto lo frágil que resulta todo. Apenas un soplido de virus invisible y todo se empieza a desmoronar cual estructura de naipes.

Y por supuesto que una de las soluciones de las que tanto se habla es la de una Renta Básica Universal para cada persona. Que no es un salario como el que promueve el Papa Francisco o los Estados acostumbran a dar como asistencialismo laboral mediante obra pública, sino un ingreso irrestricto, más bien como los subsidios estatales que en Argentina el gobierno provee hace tiempo llamados Asignación Universal por Hijo (AUH), o Asignación Familiar por Hijo para los ciudadanos asalariados registrados (no así para los que no tienen esta suerte). Pero una RBU es un derecho que no se pierde ni aún cuando se tiene un trabajo y se producen ingresos.

Ahora bien, antes de entrar en el análisis, preciso dar un rodeo por algunos conceptos que ponen todo esto en perspectiva. 

El primero y más importante es que en el mundo actual, aún por muy evolucionados que nos pensemos como sociedades globalizadas, ningún ser humano tiene la vida asegurada por el sólo hecho de nacer humano. En otras palabras, el individuo como tal no tiene seguridades innatas. Dependiendo de dónde nazca (un hecho puramente accidental) tendrá más o menos chances de contar con excesivos, suficientes o escasos recursos. Esto implica que la proveeduría de seguridad se encuentra atomizada en familiares y algunos débiles eslabones del Estado. El mundo en su conjunto, la sociedad global, no garantiza a nadie su supervivencia. Y esto se traduce en un hecho shockeante: en el poco tiempo que llevas leyendo este artículo han muerto en el mundo seres humanos de hambre y causas absolutamente evitables. Y esto es así aún sin pandemia de COVID-19 porque el mundo sufre una pandemia peor y más mortífera desde hace siglos que es la pandemia de la violencia.

La peor, la más básica y tajante de esas violencias que afecta a miles de millones de personas en el mundo es ni más ni menos que la violencia económica. La que aún habiendo tanta riqueza en el planeta le niega los recursos a un ser humano para vivir, desarrollarse y realizarse en cada etapa de su vida.

Esto deriva como sociedades modernas en otra violencia generalizada, la violencia moral. Aquella por la que por inacción ejercemos las sociedades frente al desamparo de aquellos que murieron en estos minutos, mientras tu lees y yo escribo este artículo. Cada minuto del día la estamos ejerciendo, sólo que la anestesia de la impersepción que nos autoimponemos, cual ansiolítico, nos permite vivir una vida normal evitando percibir toda esta miseria y destrucción que nos llenaría de ansiedades y destrozaría el alma. Toda esa violencia es el subproducto de una sociedad global mayormente no preparada, poco evolucionada, insuficientemente educada y muy poco interesada en asegurar la vida humana digna para todos los seres vivos sobre la faz de la Tierra. En ese punto nos encontramos. Si alguien del futuro viniera con una línea de tiempo de la toda la historia de la humanidad el «Usted esta aquí» marcaría que estamos aún en la prehistoria humana. Si algún día la humanidad se califica a sí misma según el trato que le diera a todos sus congéneres y la naturaleza, habrán de definir que la verdadera historia humana, en este incipiente siglo XXI, no se había aún iniciado.

Entonces, desde esta perspectiva, acordemos que el dilema de si Renta Básica Universal sí o no, es en esencia una secundariedad de proporciones en comparación a la urgencia de declarar pandemia o catástrofe global a la insolidaria violencia económica como una enfermedad enquistada en todo el sistema económico y social planetario. Algo que por supuesto hoy es una utopía, pero no puedo dejar de poner las cosas en perspectiva. No hay problema en abordar  algo que tiene un altísimo y deseable impacto positivo como ser la  RBU, pero no por eso hay que ser cómplices ideológicos de un sistema social inhumano que mata personas por minuto, tanto por acción como por inacción.

Y aquí entra el punto justamente de si una RBU sería un parche o una solución de fondo. Déjenme resaltar esta extraña y -en parte lógica-  situación:  no son pocos los millonarios y corporaciones que ven en la RBU la solución al problema de su creciente exposición como actores altamente negativos de la sociedad por su clara y obscena acumulación de recursos. Entonces permítanme adherir al concepto de promover una RBU como un parche entre las urgencias que acucian a la humanidad, y dejar claro que no puede ser ni será nunca una solución de fondo si no se aborda todo lo anterior. Si no se visibiliza a la violencia económica -en especial la financiera-, se la condena y se comienza un proceso de creación y transición hacia nuevos esquemas de sociedades y economías solidariamente responsables por toda la vida planetaria. Si no se abre un debate abierto y sin tapujos para pensar un mundo más allá del capitalismo y el neoliberalismo.

Eso sí, evitemos por favor la «economía circular», sistema apoyado por todas las grandes corporaciones multinacionales. Otro insulto a la inteligencia que esclavizaría aún más a todas las sociedades bajo un concepto de préstamo constante de usos de recursos que no le pertenecen más que a ellas y que tendríamos o usaríamos sólo si podemos pagar la mensualidad. Si esa mensualidad es la RBU o un salario sería como darnos a principio de mes una moneda atada con un hilo del cual tirarían a fin de mes para entonces hacer que el círculo siempre termine en ellos, sea objetos o dinero.  

La RBU exige creatividad y apoyos pero sobre todo un contexto favorable.

Los grandes temas

¿Es, vía impuestos a la riqueza o vía extractivismo y exportación de recursos naturales, la forma correcta de financiar una RBU?

Me cuesta creer en ambas soluciones, aunque entiendo perfectamente que en la emergencia son las dos vías más rápidas, sobre todo la impositiva. Pero hacer una RBU dependa de las capas más beneficiadas y en algunos casos explotadoras es un neoesclavismo. Por otro lado hacerla que dependa del extractivismo de recursos naturales y su venta es ponerla en ruta de colisión con la propia naturaleza.

No tengo todas las respuestas pero una idea posible podría ser, por ejemplo, invertir en producción estatal de energías renovables y que ese rédito subvencione el fondo de la RBU. También distintas industrias del conocimiento y culturales, no contaminantes, como las basadas tecnologías como la inteligencia artificiale, robótica, etc, que pudieran automatizar procesos industriales y generar beneficios para esta RBU evitando -y a la vez conteniendo- el desplazamiento producido por la robotización. Robotización que por cierto nos sacaría de tareas repetitivas deshumanizantes y que con RBU sería un efecto deseado si provee una vida digna con oportunidades de crecimiento y desarrollo a partir de máquinas que proveen, sustentan y amplifican este beneficio.

Dinero o créditos

Tengo dudas de que la solución a todo sea entregar dinero. Y algunos estudios han llegado a la misma conclusión. Según el grupo etario el ingreso anualizado debiera ser parcial o totalmente en créditos no monetarios para canjear, sea en educación, libros, deporte, viajes, instrumentos, etc. La razón es que entre los múltiples experimentos ya realizados se ha visto que aún cuando ciertos grupos ha usado el dinero para sostenerse sin trabajo y capacitarse para luego conseguir mejores empleos, en las franjas de adolescentes no siempre ha resuelto los problemas sino -por el contrario- ha llegado a agravarlo al permitirles mayores consumos de drogas y alcohol. Es un tema que hay que analizar, probar y ajustar en ciclos de mejora y siempre preparar a la gente y desarrollar redes de contención y capacitación.

Educación + contexto favorable

Ya vimos que en esta sociedad si hay algo que no faltan son tiburones que huelen al dinero cual sangre en el océano. Lo huelen a kilómetros, y ante una población falta de educación, no sólo formal o con baja alfabetización, si le sumamos el extendido analfabetismo financiero y digital incluso en capas medias y altas, estos tiburones distorsionan o destruyen estos beneficios aprovechándose y estafando a grandes conjuntos. Ya esto pasa hoy día con los ingresos que jubilados y madres solteras de bajos recursos cuando caen en empresas de préstamos de fácil acceso a intereses usuarios. Entonces qué nos hace creer que no seguirá pasando si no se pone foco en que esto grandes conjuntos necesitan oportunidades educativas y para eso precisan, aún más importante, un «para qué», un incentivo, un futuro abierto que sientan alcanzable para crear un camino de vida con sentido. Esto implica -aún más importante que la RBU- un país que no sea un péndulo constante y permita una estabilidad a -por lo menos- 15 años. Entonces construir un país que acompañe el proceso es clave y las necesidades muy conocidas porque sabemos cómo la derecha y la extrema derecha atacan a este sentido de pertenencia tan importante que les impide su juego especulador. También hay que educar en política y participación. No adoctrinar, sino guiar en una construcción de ciudadanía que se empodere y brinde el sustento ideológico y de visión sin el cual muchos sociedades terminan perjudicándose en una suerte de autodestrucción al votar equivocadamente. Y a todo esto darle un muy firme marco constitucional que impida lo más posible el revanchismo y el péndulo que destruye sueños y cierra el futuro de millones por la destrucción económica y social que produce con su sed de venganza y sus planes especulativos. Se ve difícil pero todo es parte de lo mismo. El fracaso en conseguir el contexto necesario es el fracaso de la RBU y por ende la excusa futura para que toda idea de economía solidaria y distributiva sea tachada de fracaso sistemático por los especuladores de siempre.

La RBU sería la mayor producción de justicia social con perspectiva de género de la historia.

La perspectiva de género

No podemos obviar que el mundo ha sido -económicamente hablando- orientado por hombres, dejando a la mujer en todos los órdenes de la vida social y económica relegada y sobre todo privada de libertades, arrinconada. Quien no tiene los recursos para ejercer su libertad es -en esencia- una persona que no es libre. Las mujeres en el mundo han sido instigadas a cubrir el rol del cuidado en todos los órdenes familiares y sus oportunidades, su capacidad de decisión, de salir a tiempo de situaciones violentas, es por lejos, la mayor deuda social que el mundo tiene hoy día. Aún cuando hombres y mujeres se ven en envueltos en innumerables situaciones de privación de su libertad, de su capacidad de elegir, de desarrollarse y realizarse, no hay posibilidad de equiparar hoy día la situación. Las mujeres llevan décadas, sino siglos, en este estado de vulnerabilidad. Esto se traduce en entornos enormemente violentos dentro de los hogares. Se traduce en un sinfín de problemas de salud, desde físicos hasta psicológicos. Se traduce en una demandante mayor necesidad de mecanismos de seguridad por los estallidos que esta realidad produce en los centros urbanos. Se traduce en femicidios y filicidios machistas por doquier. La secuencia es clara y es aterradora. Un sistema y una sociedad que priva de libertad y oportunidades de desarrollo es en esencia productora de violencia. Esa violencia luego se traduce en sistemas policíacos punitivos desproporcionados. Se traduce en aparatos judiciales colapsados y cárceles abarrotadas. Se traduce en última instancia en una espiral descendente que atrapa y destruye más de lo que libera y empodera. 

En este contexto queda claro que no sería de un día para el otro, y que abría coletazos complejos de manejar tras la implementación de una RBU, no lo podemos negar ni ocultar, pero que un cambio de perspectiva y abordaje social traerían infinidad de beneficios positivos que -para quien quiere ver esto en términos de costos y beneficios- reduciría enormemente la conflictividad, las enfermedades, la violencia en general, por tanto un gran volumen de recursos económicos podrían ser resignados. Incluso, y por sobre todo, los obscenos presupuestos policiales, carcelarios, militares y de fuerzas de seguridad en general.

Así entonces honrar esta monstruosa deuda para con las mujeres a partir de la implementación de una RBU haría del mundo un lugar mejor para vivir y -sobre todo- con mayor igualdad de género. Sería sin duda la mayor producción de justicia social con perspectiva de género de la historia. Como todo, habría consecuencias. La opresión existente produciría cambios en múltiples familias y por lo tanto siempre hay que preparar y abordar el cambio en forma holística, con múltiples espacios de educación y contención. De lo contrario resolveríamos un problema para generar otro igual o peor.

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Escrito por

Vivo intentando tener la mente abierta. Trabajo como consultor ayudando a otros a hacerlo en el mundo tecnológico. Creador de este blog y muchos otros artículos y publicaciones en diversos sitios. Argentino y marplatense en particular, aunque me siento un ciudadano del mundo. Cuarenta y ocho años de vida y contando.

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